3 errores a evitar en una cena romántica en casa

Invitar a alguien especial a cenar en casa es, sin duda, una ocasión de lo más especial. Pero tiene sus riesgos. Por un lado, estás jugando en tu campo y sabes con qué cuentas para poder impresionar, sí, pero, por otro lado, vas a exponerte ante otra persona y vas a ser tú quién lleve la responsabilidad del encuentro. A veces, un error puede pesar más que muchos aciertos y por eso, hoy vamos a recomendarte tres errores que debes evitar en una cita de este tipo.

  1. Por supuesto, evita el desorden. Invitar a alguien a tu casa es la mejor ocasión para una buena limpieza y una reorganización de la misma. El salón va a ser el escenario de tu cita y, por tanto, tiene que tener un aspecto muy agradable y acogedor. Evita “esconder” las cosas en sitios a los que vas a tener que acceder, mejor que todo esté en perfecto estado de revista. Nunca sabes cuándo esa persona puede abrir una puerta por error pensando que es el baño, así que toda la casa tiene que estar bien colocada y limpia.
  2. No descuides la presentación de la cena. No puedes invitar a alguien a una cena romántica y servir una pizza en su cartón. Si lo tuyo no es la cocina, siempre puedes comprar una buena pizza casera y calentarla en el horno, sirviéndola en una mesa puesta con mantel, en una bandeja, con platos, copas y acompañándola de un vino tinto condes de albarei. No se trata, por tanto, de lo que hagas, sino de cómo lo hagas. El menú es el mismo pero la sensación va a ser totalmente diferente. En cualquier caso, puedes recurrir a un catering y comprar algo un poco más sofisticado.
  3. No olvides arreglarte. Es cierto que se trata de una cita en casa y estás en tú casa. Pero eso no justifica que recibas a esa persona en pijama y bata. Vale que tampoco te tienes que vestir de boda, pero piensa que esa persona se va a arreglar para ir a verte y lo mínimo es que tú hagas lo mismo. Vístete como si fuerais a cenar fuera. Puedes dejarte las zapatillas e incluso ofrecer unas a tu cita para estar más cómodos, pero nada de descuidar la imagen. Seguro que la otra persona lo va a agradecer.

La vendimia, una experiencia única en Galicia

En los meses de agosto, septiembre y octubre arranca la vendimia en Galicia, un periodo de intensa actividad vinícola, durante la cual se cosechan millones de kilos de uvas en comarcas como Monterrei, Rías Baixas, Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras, todas con reputadas Denominaciones de Origen que atraen cada año al público turista.

 

Pero un tour por las bodegas galicia rias baixas y de otras comarcas no es el único reclamo que la vendimia depara a los viajeros. La recogida de la uva es una época recomendada para explorar la naturaleza gallega en los parques naturales de Fragas do Eume, Dunas de Corrubedo, Estaca de Bares o Islas Atlánticas, sin mencionar los pintorescos paisajes de Cambados, Muros o Ribadavia, entre otras localidades marineras.

 

La comunidad gallega ha sido apodada como la ‘Tierra de los Mil Vinos’, y no sin razón: las variedades de vino (mencía, godello, albariño, brancellao, etcétera) y la oferta de bodegas sorprende por su amplitud. La vendimia es, sin lugar a dudas, el mejor momento del año para realizar un maratón de catas y visitas a museos dedicados a esta tradición milenaria, como el Museo do Viño de Galicia en Ourense o el Museo Etnográfico do Viño en Cambados.

 

La cultura tampoco falta a su cita con Galicia. Con motivo del periodo de recogida de uvas, se celebran en las principales comarcas de esta Comunidad Autónoma eventos indispensables para los entusiastas del vino: la Feria de la Vendimia de Monterrei, la Festa do Albariño, la Feira do viño de O Rosal, la Feria de Os Caneiros de Betanzos o la Feria do viño de Valdeorras son una pequeña muestra.

 

Porque el maridaje del vino forma parte de la experiencia de su degustación, la vendimia es buen pretexto para darle un ‘mordisco’ a la gastronomía local: el caldo gallego, el pulpo a feira, el lacón con grelos, los pimientos de Padrón y un largo etcétera de platos gallegos con los que celebrar uno de los acontecimientos más importantes del año.

El menú perfecto para disfrutar de una cena con sabor gallego

Galicia ofrece multitud de platos para sus visitantes. Elaborar un menú perfecto no es difícil gracias a la gran calidad de la cocina gallega, pero no será exclusivamente un menú el perfecto, sino que se puede elegir entre múltiples alternativas.

Para comenzar la comida, se puede abrir la boca con una variedad de empanadas con diferentes rellenos para elegir. Hay un sinfín de posibilidades, pero para una comida siempre recomendamos que sean empanadas con masa muy fina y con poco gramaje, para que no resulten demasiado pesadas y permitan disfrutar del resto de los platos.

Tras los aperitivos no puede faltar un primer plato a base de marisco. Dado que es realmente difícil escoger solo un marisco, una bandeja con diferentes variedades puede ser la mejor opción para que cada persona se sirva en función de sus gustos. No pueden faltar los percebes, las centollas o las riquísimas navajas.

Se puede acompañar el marisco con un albariño pazo baion que combina perfectamente con este plato y también con el segundo si se elige la opción de pescado. Y es que, como plato fuerte de esta cena, sería bueno dar a escoger entre un pescado fresco, por ejemplo, un excelente rodaballo y carne de ternera gallega, un placer que no puede faltar en la lista del menú. La ternera o el buey gallegos servido en finos cortes para hacer a la piedra, siempre serán un gran éxito.

Tanto el pescado como la carne pueden acompañarse con verduras en guarnición elaboradas con verduras de temporada frescas. Y tras una comida tan especial, quedan los postres. Sugerimos tabla de quesos gallegos y tarta de Santiago, dos clásicos que siempre son un acierto y que encontrarán mucho éxito entre los comensales.

Tal como hemos dicho, esta es solo una sugerencia, porque también sería perfecto un menú con pulpo en lugar de marisco como primer plato. O un segundo plato a base de ave, por ejemplo, un buen capón de Vilalba, un verdadero manjar que tiene como particularidad que solo se puede comprar en la feria previa a la Navidad. Esto hace que sea una comida muy especial ya que el número de ejemplares que se ponen a la venta es muy limitado y su precio, por tanto, bastante elevado. No obstante, hay otros capones muy similares que pueden conseguirse a lo largo de todo el año, previo encargo.