Bodas sin niños, ¿qué opinas?

Llegaron tímidamente, siendo algo de lo que se hablaba pero a lo que raramente nos invitaban a nosotros. Pero hoy es mucho más habitual que se celebren bodas y en la invitación se especifique que no pueden ir niños. Especialmente, si las bodas son por la noche.

Ante este tipo de invitaciones hay diferentes reacciones. Algunas personas se alegran francamente porque se ahorran el tener que ir a por ropa y comprar complementos de ceremonia para niñas además de tener que pagar mucho más por los cubiertos de unos niños que, seguramente, no van a comer prácticamente nada. Además, disfrutarán de una noche sin niños, lo que les supone un soplo de frescura. 

Otros, sienten que se les está obligando a elegir entre estar con sus hijos o acudir a la boda. Y pueden sentir que es un problema dejar a los niños con alguien esa noche, o contratar a una persona para que los cuide. Incluso pueden no acudir a la boda si no pueden ir con los niños.

También están los que, directamente, eligen ir con los niños y saltarse la prohibición. Pero esto es algo en lo que prácticamente todo el mundo está de acuerdo en que no es correcto, ya que cuando a alguien se le invita con unas normas, puede aceptarlas e ir o no aceptarlas y no ir, pero lo que no se debe de hacer es poner a los novios en una situación incómoda en un día tan especial.

Lo cierto es que muchos novios ante la petición de personas cercanas, acaban contratando a una persona para cuidar a los niños durante la cena para que los padres puedan disfrutar y estos no estén correteando entre las mesas. Pero otros continúan firmes en su decisión. Los motivos que esgrimen son que el horario de la cena no es un horario infantil y los niños acaban con sueño, llorando y molestando a muchos invitados porque se aburren. Sobre todo si se trata de una cena con cierta etiqueta. Estos novios son contundentes afirmando que nadie lleva a los niños a una cena con los compañeros de empresa o a una salida nocturna a bailar, ¿por qué a una boda? Si la boda es de cierta etiqueta, se une además el hecho de que los propios niños no estarían cómodos.

Y tú, ¿qué opinas sobre las bodas sin niños?

4 claves para vestir a tu hija para eventos elegantes

Vestir a una niña de corta edad para eventos en los que es necesaria elegancia puede ser un trabajo complicado. Pero si se siguen unos ciertos patrones, la tarea puede simplificarse.

  1. La comodidad es lo primero. Ir elegante, especialmente cuando hablamos de una niña, no está reñido con la comodidad. Evita ponerle ropa que le impida jugar, correr o moverse con facilidad. Si la niña es muy pequeña, busca una combinación de ranita y vestido camisola y si es algo mayor, un vestido suelto. Evita los colores muy claros porque seguramente, se manchará. Los zapatos deben de ser adecuados a su edad y a sus pies, de piel suave y flexible para que puedan andar con comodidad. Si es necesario, pueden llevarse por separado zapatillas tipo bailarina.
  2. Peinados sencillos. Los peinados sencillos, sin demasiadas horquillas, son los mejores para que las niñas no tengan que preocuparse por despeinarse. Los tocados ceremonias para niñas que vienen con diademas son un perfecto ejemplo de tocados sencillos que pueden colocarse fácilmente y que no les supondrán tener que estar con el pelo tirante todo el día. Un error frecuente al arreglar a una niña pequeña es ponerle un poco de color en los labios o una sombra porque es un día especial y a ella le hace ilusión parecer mayor. Sin embargo, si se trata de un evento elegante, con cierta etiqueta, esto puede quedar fuera de lugar.
  3. Evita recargar el look. Los grandes lazos por toda la ropa ya no están de moda. Ahora se lleva una imagen más sencilla que escapa de demasiada ornamentación. Un lazo en el pelo o en el vestido es bonito y le da cierto toque a la ropa, pero más de eso ya es caer en una imagen recargada y anticuada que está reñida con el concepto de elegancia.
  4. Una imagen acorde al papel que va a jugar. Si la niña va a llevar las arras en una boda o va a ocupar algún papel de honor, puede jugar con tocados de gran tamaño o con vestidos con vuelos que la hagan destacar. Pero si es una invitada más, la sencillez es la clave. Es un error común en muchos padres olvidar que, aunque su hija sea la estrella de la casa, no tiene que serlo en todos los acontecimientos a los que acude.