Tendencias en cortinas

Las cortinas son una parte importante de la decoración en las estancias así que si quieres apostar por cortinas de calidad que a la vez estén de moda y que destilen estilo, no te pierdas las tendencias en cortinas para este 2017. Toma nota de ellas.

El tejido screen. Es sin duda una de las tendencias del momento por varios motivos. Se trata de un perfecto aislante, ya que evita la entrada del calor y frío, permitiendo el paso de la luz, también protege de los rayos UV. Además presenta gran resistencia al paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas, todo ello con un mantenimiento mínimo y fácil puesto que basta con pasarle un paño húmedo y es una opción ignífuga, ya que en caso de incendio, el tejido screen de fibra de vidrio, no ayuda a propagar el fuego, y además tampoco emite gases tóxicos.

Las cortinas de lamas pueden ser otra gran opción ya que te permiten regular la entrada de luz según tus necesidades, también en un momento dado nos permite crear separaciones, o ambientes más íntimos. Dentro de las opciones de lamas encontrarás  cortinas verticales, estores día y noche, las persianas venecianas tanto en aluminio o pvc y de madera.

Los estores monocromos son otra de las opciones que tendrás a tu alcance. Se trata de una posibilidad que permite una integración más fácil en cualquier ambiente, y están especialmente indicados para decoraciones minimalistas en tonos neutros, si ya disponemos de estampados en otros textiles, en paredes o suelos, o para remarcar un tono decorativo en una estancia. En cuanto a las texturas más buscadas en la actualidad, los estores de texturas naturales son los grandes favoritos. Resultan muy acogedores y son ideales para conseguir una decoración rústica, pura o sencilla, tanto en lisos como con estampados serán un acierto.

Incluso si te gusta personalizar al máximo tu decoración podrás decantarte por determinadas colecciones en los que eliges la frase que formará parte de tu día a día, o esa imagen fotográfica que quieres incluir en tu hogar o lugar de trabajo; recomendados para ambientes más informales, desenfadados o ideales para una empresa.

Los veranos en la piscina del pueblo

Mis primeros 18 veranos fueron muy parecidos. Por supuesto, los primeros no los recuerdo, pero según me han contado no diferían mucho de los más recientes. Gracias al trabajo de mi padre, el verano se alargaba un poco más que el de los demás, y a veces estábamos hasta 2 meses fuera. Pero para ahorrar costes íbamos de camping. Hoy en día es un concepto vacacional menos habitual, pero hubo un tiempo en aquello era de lo más normal.

Y así me curtí yo durante infinitos veranos, en diferentes campings de varias provincias españolas, pero generalmente en Castilla y León. El centro de operaciones del verano, para los más pequeños, era la piscina. En torno a ella, giraba todo. Bueno, al principio fue el río, porque en los primeros años los campings a los que íbamos no tenían piscina.

Pero en definitiva el baño era el asunto central del verano. Los calores de Castilla, sobre todo para la gente que veníamos del norte eran difíciles de aguantar, así que debíamos remojarnos bien para estar frescos. Fue así como empezó mi idilio con el agua. Me acuerdo hasta de los bañadores que llevaba de pequeño, sobre todo de uno verde con cordones colores chillones que eran la envidia de mis amigos. De hecho, creo que ese bañador todavía lo tengo por ahí perdido en alguna parte.

En la piscina se cocía todo. Yo era de ir también por las mañanas, porque nos sacábamos el bono y podíamos entrar a cualquier hora. Por las mañanas había menos gente, y se estaba más tranquilo. Por las tardes llegaba el mogollón y jugábamos a un montón de cosas.

Recuerdo una vez que los amigos se aliaron contra mí a mis espaldas y decidieron que había que quitarme el bañador con los cordones colores. Fue debajo del agua y allí me quedé yo con las vergüenzas al aire mientras ellos festejaban haber conseguido el preciado trofeo. Cuando ya estaba a punto de pillar una pulmonía, alguien se apiadó de mí y me devolvió el bañador. Por supuesto, aquella afrenta fue devuelta a sus protagonistas de formas diversas…

¿Qué vale la pena comprar de segunda mano?

El mercado de segunda mano está en auge. Con la crisis, los consumidores han descubierto que comprar cosas usadas no tiene por qué ser negativo y que además se puede ahorrar mucho dinero. También han descubierto que pueden vender muchas cosas que ya no usan y sacar un poco de dinero extra.

Pero, ¿qué es lo que más vale la pena comprar en el mercado de segunda mano? Estos son algunos ejemplos de artículos que sí merece la pena adquirir ya usados.

1) La ropa de los niños. Los niños crecen muy rápido, especialmente cuando son bebés. Por eso, mucha de la ropa que se les compra queda totalmente impecable, en algunos casos se ha puesto muy pocas veces e incluso alguna queda por estrenar.

Muchos padres hacen ya cadenas para pasarse la ropa de sus bebés según se les va quedando pequeña, pero en algunos casos, no se conocen a otros papás con hijos mayores o menores y se puede recurrir a Webs especializadas en ropa de niño.

Aquí no solo se compra la ropa que otros pequeños han podido dejar en buen estado, también se puede vender la que se tenga.

2) Complementos de marca. Bolsos de marca, gafas o incluso pulseras o collares son algunos de los complementos que habitualmente se venden en las páginas de segunda mano. A veces porque se compran y luego no acaban de gustarnos y otras veces porque se ha renovado el armario y ya no se utilizan.

Los productos de calidad y bien cuidados pueden volver a venderse a un buen precio y adquirirlos usados permite un considerable ahorro.

3) Un coche. Comprar bwm segunda mano baratos o coches de cualquier otra marca es posible si se recurre al mercado de segunda mano. Muchos de estos vehículos están seminuevos y además, si se compran en una compraventa o en un concesionario, se tendrá una garantía legal.

Un coche de segunda mano bien revisado puede durar muchísimos años y se estará ahorrando mucho dinero respecto a comprarlo nuevo.

4) Libros. Todavía hay gente que compra libros en papel y una vez que los lee se anima a venderlos por dos motivos: porque no tiene sitio en casa para guardarlos y porque así recuperan algo del dinero invertido.

Los libros de segunda mano son en general bastante baratos y una buena manera de acceder a la literatura a buen precio.