Una solución eficaz para mi dentadura 

 

Por mi trabajo en medios de comunicación, debo mantener una imagen muy cuidada. Entiendo que forma parte de mi profesión y no considero que sea algo negativo ni siento que sea una exigencia impuesta desde fuera. Así como un guitarrista debe entrenar sus dedos porque son su principal herramienta de trabajo, yo debo cuidar mi imagen y mi físico porque es lo primero en lo que se fija un espectador. Por supuesto, luego intervienen otros muchos factores, pero sería falaz negar la relevancia del factor físico.

Y una parte fundamental del físico es la dentadura. Desgraciadamente para mí siempre he tenido bastantes problemas con los dientes que se agravaron por el tiempo que tardé en mi juventud en acudir por primera vez a un dentista. De cualquier forma, la mayoría de los problemas se fueron solucionando. No obstante, cada cierto tiempo tengo que hacer pequeñas ‘reparaciones’.

Una de las últimas soluciones que he aplicado a mi dentadura son las microcarillas dentales, un tipo de tratamiento que se ha adaptado muy bien a mis circunstancias. Como digo, la mayoría de los problemas los fui solucionando, especialmente con dos piezas que hubo que sustituir hace unos años. Como sabemos, el coste de este tipo de intervenciones es muy elevado, pero era imprescindible. Ahora, el coste de los tratamientos es mucho menor, como es el caso de las microcarillas.

En determinadas piezas visibles tenía antiguas intervenciones con composite además de alteraciones de color entre unas piezas y otras. Para solucionar eficazmente este problema, el dentista me recomendó microcarillas dentales. Son láminas de cerámica muy finas que se adhieren a los dientes solventando pequeñas malformaciones y/o alteraciones de color. 

Lo mejor de este tipo de tratamiento es que no es invasivo, es relativamente sencillo de aplicar y no suele dar problemas de adaptación, como fue mi caso. Para mí, ha sido una solución perfecta. Hay que tener en cuenta que la dentadura es parte fundamental de la imagen y debo decir que no siempre me he sentido a gusto con ello. Gracias a este tratamiento, ahora siento que tengo una dentadura (casi) perfecta.

Máquinas que soportan tu ritmo de trabajo

El trabajo en una fábrica puede llegar a ser endiabladamente rápido en momentos puntuales. Todo tiene que estar listo a tiempo y se juntan varios procesos a los que hay que dar salida, por lo que los operarios corren de un lado para otro en lo que parece un caos. Sin embargo, para que realmente funcionen las cosas, no hay nada de caos en esa aparente locura. Todo el mundo sabe exactamente qué tiene que hacer y cómo hacerlo. La clave está, precisamente, en coordinarse y ser rápidos para que nadie atrase al resto.

Conseguir esta coordinación y este trabajo de calidad lleva su tiempo y los trabajadores lo logran con experiencia y profesionalidad. Pero de poco valdría esto si las máquinas con las que trabajan no son capaces de soportar este ritmo de trabajo. Y hablamos, sobre todo, de la tecnología cada vez más presente en este tipo de lugares, como un ordenador panel a medida en el que se van introduciendo datos o información importante para el funcionamiento de toda la línea de producción.

Los trabajadores que están realizando su labor a gran velocidad no pueden pararse para trabajar como el panel desea, sino que este debe de adaptarse al ritmo del trabajador, a su manera de pulsar y a las condiciones en las que lo hace, por ejemplo, con guantes de trabajo.  Y además deben de soportar condiciones que no siempre son las ideales, por ejemplo, esos guantes pueden estar húmedos si instantes antes han tenido que estar en contacto con productos que contienen agua. Y no hay tiempo para secarse las manos cada vez que haya que pulsar una opción.

Es muy importante que este tipo de ordenadores no fallen y que soporten este ritmo elevado de trabajo que, en los casos más exigentes puede darse durante todo el día y toda la noche ya que cada vez más fábricas no detienen la actividad y tienen tres turnos de trabajo diarios. Y para que esto sea así, no solo es necesaria una tecnología de alta calidad, sino también materiales externos y un diseño que encajen en las condiciones de trabajo específicas de cada fábrica.

La personalización de estos productos es fundamental para que respondan como se espera y para que el trabajo pueda salir al ritmo que exigen los tiempos actuales, siendo así una ayuda para el personal y nunca una traba.