Transmite tu personalidad a tu local de hostelería

Emprender con un local de hostelería es toda una aventura, pero una aventura emocionante y llena de retos muy atractivos. Muchas personas emprenden partiendo de cero, con un local que adecúan para la actividad que van a realizar. Pero la mayoría suelen coger un negocio que ya esté funcionando y que se traspase, para tener garantizada una clientela o contar ya con lo necesario para arrancar y ponerse a andar. Pero incluso si este es el caso, se le debe de aportar un poco de personalidad propia al local para que se note que ha cambiado de manos y que tiene un nuevo estilo.

Una de las cosas que se suelen cambiar cuando se coge un establecimiento hostelero son las mesas y sillas. En muchos casos porque están ya muy usadas y en otros porque por su tamaño y forma no encajan con el gusto del nuevo propietario. El catalogo sillas ezpeleta puede ofrecer muchas opciones, especialmente para la terraza, es espacio que hay que mimar con especial intensidad. Y es que las terrazas, son hoy en día la clave de este tipo de negocios.

Con el cambio de mesas y sillas y tal vez de los cuadros y otros elementos de decoración, el local ya puede tener un aire muy diferente sin necesidad de una reforma integral, que queda para el caso de locales muy viejos o deteriorados. Una mano de pintura para darle un aire fresco a las paredes y que todo se vea más limpio y nuevo y, tal vez, un suelo de vinilo que cubra el antiguo, puede acabar de rejuvenecer el espacio y hacer que se vea totalmente diferente.

Y una vez que se ha transformado el espacio físico y se ha puesto al gusto del nuevo propietario, queda transformar la esencia. Y esto se hace con la oferta para los clientes. Por ejemplo, si se trata de una cafetería, se puede innovar ofreciendo brunch, algo muy de moda y que los fines de semana puede triunfar entre los que disfrutan de salir por las mañanas a tomar algo con los amigos. O pueden servirse desayunos o meriendas de lo más especial. En el caso de bares o sitios de tapeo, la carta se puede actualizar con algunas aportaciones propias que llamen la atención y que sean diferentes a lo que se está ofreciendo por la zona.

Elementos distintivos de una terraza de hostelería

Las terrazas de hostelería forman parte, cada vez más intensamente, del paisaje de cualquier ciudad. Nos encontramos con terrazas que están montadas todo el año, que tienen toldos que las protegen y también con auténticas terrazas acristaladas que son, en la práctica, una habitación más del restaurante. Algunas cuentan incluso con aparatos de aire o con estufas, por lo que están climatizadas como si fueran espacios de interior. 

Pero la mayoría de terrazas son las típicas que se colocan durante el día y se recogen a la noche, por lo que tienen que contar con elementos como la mampara separadora terraza para delimitar el espacio que van a ocupar. Estas mamparas se convierten, en algunos casos, en elementos distintivos de la terraza ya sea por su forma, ya sea porque tienen en grandes letras el logotipo y el nombre del local y ayuda a identificarlo de una manera muy rápida, evitando que los clientes puedan equivocarse y sentarse en las mesas de otro establecimiento, creyendo estar en el que pretenden visitar.

Otros elementos distintivos de la terraza son, sin ningún género de duda, los muebles. Los muebles pueden darle mucha personalidad a la terraza de un establecimiento. También nos pueden dar una idea muy clara de qué nos vamos a encontrar. Unos muebles de calidad, con un diseño bonito pero sobre todo práctico, que sean fáciles de limpiar y que resulten muy cómodos, son todo un acierto. Hay que evitar esas alternativas que, pretendiendo ser muy originales, hacen que los clientes se sientan incómodos al no poder adoptar posturas naturales o tener que sentarse en lugares muy elevados que no a todo el mundo le resultan accesibles.

Algunos ayuntamientos obligan a que en zonas concretas de la ciudad todas las terrazas tengan el mismo mobiliario, aquí los locales se las tienen que ingeniar para que sus espacios sean diferentes y tengan personalidad. Algunos lo consiguen colocando manteles vistosos, que pueden tener encima un cristal para no tener que cambiarse después de cada comida y evitar de paso que puedan volar. Otros, usan alguna decoración encima de la mesa para que se diferencien de las de la competencia. Una manera original de diferenciarlas es con una carta con un bonito diseño. Puede ser, por ejemplo, una carta en madera. Esto es ideal cuando no se cambia con frecuencia lo que se sirve en el establecimiento.

UN SITIO EN EL QUE ME GUSTA ESTAR

En el bar donde siempre tomamos las primeras copas los días que salimos por las noches, le han dejado montar una pequeña terraza ya que han ampliado la acera en la que se encuentra. Lo único que le falta es un separador terraza bar para impedir que durante la salida de los niños del colegio que hay justo al lado se echen sobre los clientes y las mesas que haya en la terraza. La terraza no es que lleve demasiado tiempo pero ya la hemos usado unas cuantas veces y hay que reconocer que se está mucho mejor que como estábamos antes de pie delante del bar. Por lo menos ahora tenemos un sitio para sentarnos cuando salgamos a fumar, ya que nos tratan como a apestados a los fumadores desde hace ya unos cuantos años qué menos que nos den un lugar donde poder sentarnos a fumar. 

Me gusta que nuestro bar tenga una terraza pero por las tardes debe de hacer un calor en esa terraza sofocante, ya que le da el sol durante toda la tarde y aunque tenga un toldo bastante grande no creo que sea suficiente.

Últimamente estamos yendo bastante poco hasta el bar, aunque a lo mejor este fin de semana nos dejamos caer por allí ya que la semana pasada estuvo muy mal tiempo y ninguno de mis amigos dio señales de vida. algo extraordinariamente extraño porque siempre está el mismo que no quiere quedarse con su novia en casa. En ese bar hemos pasado muchos buenos momentos y espero que pasemos todavía muchos más momentos increíbles. Por ejemplo, en ese bar fue donde vi ganar el mundial a España en Sudáfrica y el resto de títulos que consiguió la selección española durante esa época. Aunque también tenemos algunos recuerdos que sería mejor que los olvidásemos, pero eso creo que va a ser bastante complicado. Uno de mis amigos que es el hijo de los dueños del bar espera que dentro de poco sus padres se jubilen y él sea el encargado del bar aunque es algo que yo personalmente todavía no veo.

Un espacio de coworking 

Cuando heredamos la propiedad de aquel viejo taller industrial no sabíamos muy bien qué hacer con él. La primera idea fue venderlo y de alguna manera “quitarlo de en medio”, pero apenas recibimos ofertas a tener en cuenta, así que empecé a pensar en la forma de dar una nueva vida a ese gran espacio. Y fue así como se me ocurrió crear un lugar de coworking artístico. Aprovechando que se trataba de un gran espacio diáfano sin apenas paredes, me pareció una opción ideal, aunque conllevaría una inversión considerable.

Pero tras hacer un pequeño estudio de mercado sobre esta clase de negocios, pude comprobar que, tras la pandemia, mucha gente estaba volviendo a interesarse por esta forma de trabajar y que podía ser un nicho interesante al ofrecer un espacio de intercambio de propuestas artísticas entre creadores. 

Desde luego que la idea estaba bien, pero ahora tocaba hacer un primer cálculo de costes. Transformar un viejo taller en un espacio artístico era todo un reto, pero no era necesario cambiar tantas cosas. Sabía que necesitaba mobiliario nuevo para lo que volvería a apostar por ezpeleta muebles y que el espacio necesitaba un lavado de cara, pero apenas iba a alterar su fisonomía. De hecho, mi idea era justamente aprovechar ese aire industrial como una manera de atraer a artistas: el reaprovechamiento de espacios industriales era algo cada vez más habitual.

En este sentido, no son pocos los lugares de este tipo que han encontrado una segunda vida como centros culturales. Ese era nuestro objetivo, aunque a una menor escala ya que tampoco disponíamos de un espacio tan grande para un proyecto muy ambicioso. Al contrario, la idea contando también con el mobiliario de ezpeleta muebles era organizar el espacio de forma flexible, con paneles móviles que se pudieran cambiar para adaptarse a las necesidades de cada artista.

Así que, tras hacer los cálculos pertinentes, nos lanzamos a este proyecto que ahora mismo se encuentra en fase inicial, tratando de darnos a conocer dentro del sector artístico para ver si puede ser viable a largo plazo.

A disfrutar de nuestro palacio 

Nos ha costado mucho trabajo y dinero, pero, por fin, hemos terminado de reformar el jardín de la nueva casa. Hace dos años nos encaprichamos de una casa cerca de la playa que veíamos siempre que nos acercábamos al pueblo. Se veía que en su día había debido ser una vivienda importante pero que en los últimos años estaba deshabitada entrando en un peligroso estado de descomposición. 

Iniciamos una investigación y a medida que avanzaba nos íbamos enamorando más de la casa que sí estaba a la venta. El problema para nosotros es que estaba protegida por lo que en caso de reformarla deberíamos respetar unos criterios estéticos y arquitectónicos que, una vez conocidos, no nos parecieron tan complejos que pensábamos al principio.

Mientras pienso en todo lo que hemos trabajado en esta casa, disfruto sobre mi tumbona con el parasol del jardín de la piscina. Sí que han sido dos años duros con todo tipo de vicisitudes, algunas de las cuales a punto estuvieron de hacernos dar marcha atrás. Porque buena parte de la fachada, incluyendo el corredor, debía ser restaurado y mantenido, pero debido a su deterioro dio muchos problemas.

Por suerte, fuera de la protección de la casa quedaba toda la zona trasera que incluía un jardín y un pequeño terreno que finalmente incluíamos como parte del jardín. Ahí fue donde dimos rienda suelta a nuestra creatividad, probablemente también para resarcirnos de que en las otras partes de la casa estábamos muy limitados, aunque compartíamos la idea de que la esencia de la casa debía mantenerse viva. 

Pero en el jardín teníamos carta blanca porque había poco construido y lo poco que había estaba muy deteriorado y era insalvable. Pero, además, de la piscina y la tumbona con parasol, teníamos claro que en el jardín no íbamos tampoco a hacer grandes dispendios, se trataba de que lo nuevo se integrase con lo viejo, de forma que la parte del jardín tuviera un toque modernista similar a la fachada. Incluso para la propia piscina decidimos apostar por algo sofisticado, pero de estética antigua, dando como resultado un sobrio pero distinguido palacio, tal y como debió ser en su origen.

OBSESIÓN CON LAS TERRAZAS

A la gente le encanta pasarse horas y horas en las terrazas tomando cualquier cosa pero lo que no les gusta es que les dé el sol mientras están en la terraza, para ello lo mejor es disponer de parasoles hosteleria. Que sirven sobre todo para que los clientes se sientan lo más cómodos posibles mientras están tomando algo en la terraza del bar.

Con todo esto de la pandemia a los bares no les ha quedado más remedio que tener que abrir sus terrazas porque de otra manera no hubiesen podido abrir en muchos meses y muchos bares que no disponían antes de la pandemia de terraza, ahora sí tienen y no les ha quedado más remedio que amoldarse a las necesidades y han tenido que comprar los muebles necesarios para completar una terraza en toda regla. 

Recuerdo cuando empezaron a abrir la mano con la hostelería y dejaban que la gente ya pudiese ir a las terrazas, mucha gente parecía que no sabía lo que era un bar y se pasaban el día entero en la mesa de la terraza sin levantarse, no fuese a ser que le robasen la mesa y no pudiese volver. Me parecía todo muy triste que fuesen todos en tromba a las terrazas. Personalmente no he vuelto a tomar nada en una terraza desde antes de la pandemia y por ahora tampoco es que tenga demasiadas ganas. Viendo cómo se comporta la gente en las terrazas prefiero tomar algo por mi cuenta en otro sitio menos concurrido. Por suerte en mi pandilla contamos con un solar en el que tenemos un cobertizo en el que nos podemos tomar lo que queramos sin que ningún desconocido venga a molestarnos o tengamos que oír conversaciones que no nos interesan.

A algunos de mis amigos sí que les gusta seguir yendo a las terrazas pero por ahora yo no tengo ninguna clase de intención de volver a ir a las terrazas.

 

La gente que haga lo que le parezca bien y a mi no me parece bien ir a las terrazas todavía y eso es lo que voy a seguir haciendo.