Mamá, ¿de dónde viene la leche?

¿Te ha preguntado alguna vez tu hijo por la fábrica de leche? Parece mentira, pero muchos niños no saben de donde viene esta bebida, ni siquiera han visto una vaca en persona y mucho menos cómo es un proceso de ordeñado. Así que dan por sentado que, al igual que otros productos que se compran en el supermercado, la leche se produce en una fábrica.

Pero lo cierto es que muchos adultos, a pesar de saber bien de dónde viene la leche, seguimos teniendo esa idea de que esta pasa por un proceso que en cierto modo la adultera y cambia su sabor. Creemos que no solo se somete a la leche a un proceso de esterilización, sino que hay leyendas urbanas sobre los añadidos que se le hacen o que la leche de ahora son “polvos” sin más.

Es cierto que en algunos caso la leche ha cambiado de sabor y que no toda la leche de todas las marcas sabe igual. Pero esto no es porque haya un proceso químico que la adultere, sino que la razón hay que buscarla en el origen del producto, es decir, en las vacas.

Las vacas dan leche, pero lo hacen en función de su alimentación. Por desgracia, en muchas granjas la alimentación que reciben las vacas no es precisamente la mejor ya que comen grandes cantidades de piensos que están pensados para aumentar la producción de leche.

Las ubres de las vacas se llenan más, pero producen una leche más pobre, de peor calidad y con menos nutrientes. Y sin el sabor que puede tener la leche que procede de una vaca que se alimenta de manera tradicional. Ahí están las razones del cambio en el sabor de la leche y no en otras teorías conspiratorias.

Entonces, ¿qué debemos de hacer si queremos beber leche de verdad y que nuestros hijos tomen leche de verdad? Pues, en primer lugar, tenemos que ser consciente de que debemos de pagar por ella. Si compramos leche a muy bajo precio, tendremos un producto de mala calidad ya que de otro modo no saldría rentable para la granja.

Por eso, debemos de buscar marcas que sabemos que respetan la forma más tradicional de alimentación de las vacas y, si queremos ir incluso un poco más allá, leche BIO certificada que, además, tendrá las garantías de que es un producto que respeta a los animales. El sabor nos dará la razón en nuestra elección.