El paso de la comida en puré a la alimentación sólida no se produce al mismo ritmo para todos los niños. Mientras que algunos sienten una gran curiosidad por los alimentos y quieren tocar y probar todo, para otros la hora de la comida es un auténtico suplicio sobre todo una vez que comienzan a encontrar “tropezones” en el puré y no es tan fácil comerlo como antes.
Los expertos en nutricion infantil tienen diferentes teorías al respecto, pero las nuevas tendencias indican a los padres que no deberían de preocuparse tanto por este tema y dejar que los niños vayan un poco a su aire. Estos son algunos consejos que las teorías más punteras dan a los padres sobre cómo dejar que el niño se familiarice con los alimentos sólidos:
-Deja que el niño juegue con la comida: Siempre nos han dicho que con la comida no se juega, pero esto no tiene que ser así. El niño aprende jugando y también rige esta máxima a la hora de comer. Si le permites toque los alimentos, que los huela, los manipule y solo si lo desea los pruebe, sin obligarle ni empujarle a ello, el niño verá la comida como algo mucho más natural y no como una obligación varias veces al día.
-No le des de comer: Dar de comer al niño simplifica las cosas para los padres, es más rápido, más limpio y permite asegurarnos cuánto come el pequeño. Pero es un gran error ya que estamos evitando que el niño investigue por su cuenta, sacie su curiosidad y además podríamos estar obligándole a comer más de lo que necesita, amén de que estamos haciendo del bebé un niño mucho más dependiente.
Deja que el niño coma por su cuenta, usando sus manos si así lo desea. Deja los cubiertos a su alcance, pero si no quiere usarlos no lo presiones. Es cierto que manchará todo a su alrededor y también a sí mismo, pero ten paciencia y no le des importancia. El niño aprenderá a alimentarse solo y además no tendrá presiones para comer más de lo que siente que necesita por lo que aprenderá a “escuchar” a su cuerpo.
-Dale tiempo: La comida del niño no puede ser en un tiempo limitado, es fundamental que el bebé tenga tiempo para comer, tanto como necesite sin que nos desesperemos. Una vez que el niño está harto puedes retirar la comida, pero no lo apures para que coma más rápido o estarás causándole estrés y quizás repulsa por la comida además de inculcándole el mal hábito de comer deprisa.