La leche ha sido durante años uno de los alimentos básicos de la dieta mediterránea, recomendada tanto para niños como para adultos por su gran valor nutritivo, su aporte de vitaminas esenciales para la salud y por ser una de las mejores fuentes del calcio para nuestros huesos. Sin embargo, cada vez más gente decide dejar de tomar leche. Marcas como Alpro de Central Lechera Asturiana ofrecen a los consumidores una amplia variedad de bebidas vegetales elaboradas a partir de almendras, avena, avellanas, soja, coco, así como alternativas a la nata, a la mantequilla o la margarina, hechas también a partir de granos de soja.
¿Es esto solo una moda más o hay alguna razón para preferir las leches vegetales?
Intolerancia a la lactosa
Se calcula que hasta un 30% de la población del sur de Europa es intolerante a la lactosa. Eso quiere decir que 3 de cada 10 habitantes de España, Portugal, Italia, Grecia, Mónaco o Malta pueden presentar problemas digestivos asociados al consumo de leche de vaca: gases, dolor abdominal, hinchazón, retortijones. Estos problemas desaparecen al sustituir la leche animal (rica en lactosa) por bebidas vegetales, libres de alérgenos.
Asma, psoriasis y alergias
En algunos casos, la intolerancia a la lactosa se presenta de otras formas diferentes a los trastornos digestivos. Se sospecha que una mala digestión de la lactosa puede agravar problemas respiratorios como el asma en adultos y en niños, agravar las alergias o prolongar los episodios de eczema, herpes, psoriasis. Muchos especialistas están recomendando a sus pacientes eliminar la leche animal de forma temporal o permanente, reemplazándola por leches de origen vegetal como la leche de almendras.
Veganos y vegetarianos
La de quienes deciden no tomar productos animales es también una opción que gana cada día más adeptos. Personas que eligen alimentos vegetales por salud, ética pero también porque las bebidas vegetales son más respetuosas con el medio ambiente: para elaborar un litro de bebida de soja alpro se emiten 2.5 veces menos CO2 que para producir un litro de leche de vaca, gastando 4 veces menos agua.