Te ofrecemos una deliciosa receta de almejas a la parmesana. Es muy fácil de hacer y el resultado es excelente, por lo que quedarás muy bien con tus invitados sin tener que pasarte muchas horas en la cocina. Además, resulta muy delicioso y se ve elegante y sofisticado. Te gustará tanto que seguro que más de una vez te animas a prepararlo para tomar un aperitivo a la hora de la merienda o incluso antes de comer con la familia.
Necesitas una lata de Conserva de almejas al natural, tres cucharadas de nata líquida, una cucharada de vino blanco, sal, mantequilla, pimienta y, por supuesto, queso rallado parmesano. Esta receta es para un plato completo o para cuatro tapas de entrante. Dado el sabor intenso del plato, normalmente se sirve como tapa de entrante, pero hay quienes prefieren que sea un primer plato en toda regla.
Para comenzar, abre la lata de almejas y ponlas a escurrir. Es importante que escojas almejas de calidad ya que van a ser la base del plato y la diferencia es muy notoria. Deja que suelten toda el agua en un escurridor y luego colócalas sobre papel absorbente.
Una de las ventajas de las almejas de calidad es que no tendrán arenas porque vendrán muy bien purgadas. Las arenas pueden estropear por completo este plato, haciendo que se vuelva desagradable y poco apetecible. Mientras secan, en un cuenco mezcla la nata y el vino con sal y pimienta al gusto. Prueba la mezcla y corrige hasta que tenga exactamente el punto que deseas.
Usa un plato o unos cuencos para entrantes. En el fondo del plato o cuenco esparce el queso rallado en una capa más bien fina. Coloca sobre ella las almejas y sobre estas uno o dos dados de mantequilla. A continuación, riega con la mezcla del cuenco. Hecho esto, solo hay que meter el plato o los cuencos en el horno y dejar que se gratine durante aproximadamente cinco minutos.
Dado que es un plato muy rápido de hacer, puedes dejarlo preparado de antemano y gratinar justo antes del momento de servirlo en la mesa. No es recomendable degustarlo muy caliente, pero entre que se realiza el servicio y la gente se acomoda para comer, estarán justo en su punto y así, cuando los comensales estén en la mesa, ya tendrán su entrante servido.