Desde hace años comparto piso. Al principio fue más por necesidad, porque no me llegaba para pagar el alquiler de una casa en el centro, pero desde hace tiempo me he acostumbrado a vivir con alguien. Me da un poco de reparo vivir sola y como no tengo pareja ni está entre mis proyectos tenerla, me gusta estar así. Como ya llevo mucho tiempo en este piso de alquiler y tengo mucha confianza con la casera, me suele preguntar para elegir entre los candidatos a ocupar la otra habitación. Y yo lo prefiero porque así sé un poco lo que me voy a encontrar.
Como mi última compañera de piso cambió de trabajo y se fue a otra ciudad tuvimos que buscar a una nueva inquilina que finalmente fue una chica francesa que apenas sabe hablar español. Entre lo que ella sabe de inglés y lo que yo chapurreo nos vamos entendiendo. Pero lo mejor es que le encanta cocinar como a mí, ya que los últimos compañeros que he tenido siempre se acababan ‘aprovechando’ de mi afición por la cocina: al final, como yo paso más tiempo en casa porque trabajo desde casa, yo hacía de cocinera.
Bueno, pues en este caso vamos a compartir los fogones porque la chica sabe un montón sobre cocina. Hace poco fui a Comprar queso para fondue para hacer este plato. Yo lo intenté un par de veces, pero no me salió nada bien. Tal vez fue el tipo de queso usado ya que tiene que ser uno específico para fondue. Y eso que yo me considero bastante hábil en la cocina, pero este plato se me atravesó… hasta que llegó mi nueva compañera.
Así que las dos nos metemos en la cocina y nos reímos un montón porque a veces no nos entendemos por el idioma y los platos no siempre salen perfectos. Pero cuando ella fue a comprar queso para fondue, decidí estar en la cocina solo de oyente. Ella lo hizo todo y yo solo miré. Y claro el resultado fue diferente al mío: una fondue como las que hacen en París.