Cómo es el proceso para incinerar un cuerpo 

Es un momento muy especial a la hora de despedirnos de un ser querido, pero el proceso de cremación de un cuerpo requiere seguir unas pautas muy concretas, tanto desde un punto de vista legal como de seguridad. Y la primera duda que tienen muchos familiares que no conocen el proceso es en relación a si se produce con el cuerpo dentro de un ataúd. 

Para resolver esta y otras cuestiones, nos hemos puesto en contacto con un servicio de Incineraciones Zamora con amplia experiencia en el sector. Como profesionales del ámbito funerario están más que acostumbrados a tratar con las dudas de los familiares de un fallecido. Y son conscientes de que todas las dudas hay que resolverlas con mucho tiento, porque, al fin y al cabo, es normal que una persona no sepa cómo es el proceso de incineración si nunca ha asistido o se ha visto involucrado en uno. 

Y sí, los cuerpos han de incinerarse dentro del ataúd, en primer lugar, porque la ley así lo exige. Es una cuestión de seguridad y respeto. Desgraciadamente, algunas comentadas y graves estafas que se han producido en los últimos años han puesto en guardia a muchos clientes. Pero, como en cualquier otro sector, siempre hay quien incumple la norma. Y la norma dice que solo se puede quemar un cuerpo en cada ataúd salvo excepciones muy concretas. Claro está, la funeraria nunca debe aprovechar un ataúd a espaldas de los familiares porque, como decimos, sería una estafa.

Por otro lado, los profesionales de la funeraria también deben retirar todos los objetos que pudieran afectar al proceso de incineración, especialmente los metálicos. Una vez que el cuerpo dentro del ataúd pasa por el horno, todo queda reducido a cenizas. De esas cenizas, los familiares pueden recibir una parte que es guardada en una urna como recuerdo del fallecido.

Una de las ventajas más importantes de este proceso, tal como nos indican en el servicio de Incineraciones Zamora, es el precio que suele ser más bajo que el de un entierro tradicional, además de no ocupar un lugar en un cementerio, aspecto que también hay que valorar.