No por esperado a todos nos entristeció la muerte de mi tío después de una larga enfermedad. Llegado ese momento recibí una llamada de mi primo que me pidió ayuda con los trámites relacionados con el sepelio. No era algo que me esperase, pero mi primo no se encontraba en buena situación dadas las circunstancias y me pareció totalmente comprensible. Ahora bien, ¿por qué yo para ocuparme de los trámites?
Me dio un poco de miedo porque no sabía muy bien por dónde empezar, pero mi primo adujo que yo había trabajado una temporada en seguros y que conocería los trámites básicos de estos temas. Lo cierto es que mi ámbito de trabajo había sido otro, pero no dije nada y me puse manos a la obra, siempre en comunicación con mi primo por si surgieran dudas relevantes. Para empezar, me dijo que debía buscar Incineraciones en Zamora ya que era lo que la familia había decidido.
No me costó encontrar un lugar adecuado ya que tenía varias recomendaciones de un servicio especializado que había trabajado con un familiar de un amigo. Ponerse en buenas manos, en manos de profesionales, cuando llega un momento así es la mejor decisión porque la mayoría de nosotros no suele estar preparado para estas cosas. A mí me ayudaron mucho indicándome los trámites más importantes que había que hacer como el certificado médico de defunción y la inscripción de la defunción en el Registro Civil.
Es cierto que en trámites burocráticos sí tenía experiencia ya que he hecho muchos a lo largo de mi vida, aunque no sea vinculado al fallecimiento de personas. Muchos temen enfrentarse a la administración para hacer trámites, pensando que todo es muy complicado y enrevesado pero mi experiencia general es satisfactoria. Y tampoco tuve problemas para hacer estos trámites, siempre en comunicación con la familia y también con la ayuda del servicio de Incineraciones en Zamora. Así que, finalmente, pudimos encargarnos de todo sin mayores problemas, y tenerlo todo listo y a tiempo para que la familia pudiera descansar hasta el sepelio y los actos posteriores.