Si te gusta el bizcocho, pero a la hora de hacerlo descubres que no tienes en tu nevera yogures naturales o de un sabor compatible para tu dulce, puedes sustituirlo fácilmente. Te damos algunas alternativas que seguramente, te van a gustar y que podrás utilizar incluso cuando dispongas de este postre en tu frigorífico.
La sustitución más evidente es la de cambiar el yogur por un vasito de leche. Este le dará el sabor que buscamos y ese toque de cremosidad. Es preferible que sea leche entera y una cantidad similar a la que contiene el vaso de yogur.
Si tienes en tu nevera nata, tanto de cocinar como de montar, también puedes usarla para el bizcocho, que tendrá un sabor más dulce y muy característico. De hecho, hay bizcochos de nata, aunque llevan algo más de cantidad de la que usaremos en esta sustitución. Nuevamente, usamos la misma cantidad de nata que de yogur.
La cuajada también sirve para sustituir el yogur. En el caso de usar cuajada es importante añadir la ralladura de limón. Como veis, prácticamente cualquier lácteo sirve para añadir al bizcocho en lugar del yogur y que este siga siendo igual de rico.
Otra alternativa es la mantequilla. Pero, como es importante que el bizcocho tenga líquido, en este caso habría que aumentar un poco la cantidad de aceite, solo un chorrito más, para evitar que salga muy seco. La mantequilla le dará un gusto muy agradable. También valen las margarinas vegetales, que además son perfectas para quienes quieren hacer la versión vegana de este bizcocho.
Precisamente para los veganos, tenemos la opción de sustituir el yogur por un postre de soja o de avena o por un vaso de bebida vegetal. La de avena le dará un toque más dulce y seguramente encaje mejor con el bizcocho, aunque la de almendra también puede hacer que resulte muy especial.
Por último, tenemos la opción de añadir un poco más de aceite en la receta y un huevo a mayores y no añadir lácteo alguno ni sustituirlo con otros ingredientes. Estos bizcochos son también muy ricos y tienen un sabor al huevo y al aceite más intenso. Una versión distinta de un clásico de siempre que sigue siendo ideal para desayunos y para todo tipo de meriendas.
Ya ves que no tener yogur en la nevera no es impedimento para hacer tu bizcocho. Escoge la opción que más te convenza y ¡adelante!