Sanxenxo es un topónimo que trae de cabeza a más de uno y de una, sobre todo los que no son gallegos. Aunque hay que decir que a algunos gallegos se les atraganta también la pronunciación y se les escucha más de un “Sansenxo”. En castellano no existe el sonido de la x gallega, que es muy similar al de la “sh” inglesa. Por eso, escuchamos a muchos decir “Sansenso” o “Sanchencho” pero, con bastante frecuencia también “Sangenjo” que es la forma “castellanizada” del topónimo y que fue oficial durante algún tiempo aunque no lo es actualmente.
Pero lo de menos es cómo se pronuncie esta palabra, lo importante realmente es todo lo que nos ofrece este lugar, uno de los más atractivos para los turistas de todas partes de España, incluidas muchas zonas de la misma Galicia.
Para empezar, en Sanxenxo encontramos una gran belleza paisajística. El entorno es absolutamente envidiable y dar un paseo por sus rutas o incluso en coche por la carretera general permite disfrutar de vistas de la costa que obligan a detenerse para disfrutarlas con calma.
Uno de los mayores reclamos de Sanxenxo son sus playas, comenzando por la Playa de Silgar, que es una de las playas urbanas más bonitas de todas las Rías Baixas. Está en pleno corazón de la villa y se puede acceder fácilmente ya que la bordea un bonito paseo de más de setecientos metros de largo. Pero en los alrededores del pueblo nos encontramos también con otras playas de gran belleza y de buen tamaño, además de pequeñas calas.
Hoy es complicado encontrar una cala solitaria ya que la costa es muy conocida y hasta los rincones con peores accesos son de sobras famosos y están documentados en multitud de páginas. Pero existen rincones idílicos por los que merece la pena madrugar para coger sitio y disfrutarlos al menos un día de las vacaciones. Las playas principales cuentan con servicios variados que ayudan a un mayor disfrute del día.
Como buen lugar turístico, Sanxenxo cuenta con estupendos restaurantes y hoteles de todos tipos y categorías. Destacan especialmente los spas, que están llenos durante todo el año y que son de los mejores de Galicia. Algunos cuentan con enormes piscinas que pueden usarse durante todo el año al ser climatizadas y con tratamientos de todo tipo para poder darse un capricho durante las vacaciones y cuidarse.