Hoy en día todo el mundo está enganchado a sus teléfonos móviles, cuando vas por la calle ves que es bastante raro cruzarte con alguien que no vaya hablando por su teléfono móvil o chateando con el whattsapp. Yo debo de ser el rarito del mundo porque no me gusta hablar por teléfono, nunca me ha hecho mucha gracia, del teléfono móvil siempre he pasado bastante pero parece que no te dejan otra opción que tener que llevarlo contigo en todo momento. No podría trabajar nunca en un call center madrid, como mucho aguanto cinco minutos hablando por teléfono, tener que estar ocho horas teniendo que hablar por teléfono sería para mí un suplicio, además tengo unos cuantos amigos que trabajan en sitios de estos y creo que te someten a una presión muy grande, que es algo que llevo peor que hablar todo el día por el teléfono.
El uso del teléfono móvil se ha disparado de unos años hacia aquí, ya que cada vez los móviles tienen más aplicaciones y funciones que nos permiten hacer un montón de cosas.
Ahora podemos jugar a juegos en nuestros teléfonos móviles como si estuviésemos jugando en nuestra consola favorita, lo que nos está convirtiendo un poco en zombis, cada vez se interactúa menos entre las personas por culpa de los teléfonos móviles, cuando más se nota es cuando se ve a un grupo de amigos que cada uno está atento a lo que pasa en su teléfono móvil en lugar de estar hablando entre ellos, y no es solo un momento sino que se pueden pasar así sin hablarse durante media tarde, lo que me parece muy triste.
Otra cosa que no me gusta de los teléfonos móviles es que la gente los usa como si todo lo que buscase fuese completamente verdad, cada vez que hay una discusión sobre algo siempre hay alguien que tiene que ir a su teléfono para buscar la respuesta, esto nos está haciendo menos inteligentes, ya que es mejor pensar un poco y no ir a la vía fácil, ya lo buscarás cuando no sepas la respuesta después de haberlo pensado un poco.