La alimentación de perros y gatos debe ajustarse a las necesidades específicas de estos mamíferos en entornos domésticos. De lo contrario, se exponen a contraer males como la artritis, la obesidad o la diabetes.
Comprar suplementos nutricionales perros o gatos es una decisión inteligente, especialmente en aquellos ejemplares que sufren algún impedimento para acceder a ciertas vitaminas, proteínas o minerales. Por ejemplo, los ejemplares de edad avanzada con problemas de dentición pueden requerir suplementos para cubrir sus carencias nutricionales. Como es natural, deben suministrarse en la forma y cantidad recomendados por el fabricante.
Respecto a su aporte nutricional, los suplementos son fuente de vitaminas del grupo B, probióticos, Omega 3 y 6, ácido fólico, antioxidantes y otros componentes. Se comercializan productos con beneficios muy concretos: mejorar la visión, el sistema digestivo, la salud oral, etcétera.
Sin embargo, sería erróneo suministrárselos al animal sin orden ni medida. Debe consultarse al médico veterinario antes de incorporar cualquier suplemento a la dieta canina o felina.
Otra equivocación común es alterar el régimen alimenticio de la mascota de forma brusca. Los animales de compañía, tanto o más que los seres humanos, pueden experimentar malestar y problemas gastrointestinales cuando su dieta se altera de la noche a la mañana (véase la llamada diarrea del viajero).
Para evitar complicaciones, se aconseja introducir cambios suaves y progresivos en la dieta animal. Tampoco es recomendable compartir los alimentos humanos con perros y gatos. Los vínculos de afecto que se establecen entre dueños y mascotas, empujan a los primeros a cometer este desliz, sin darle mayor importancia. Sin embargo, el chocolate, azúcar o ácidos que están presentes en nuestra alimentación, son muy perjudiciales para la salud felina y canina.
Por último, los dueños responsables deben estar atentos a la sobrealimentación a sus mascotas. Mientras que el agua puede suministrarse sin límite, los alimentos sólidos deben racionarse en función del peso, edad y estado del animal en cuestión.