La impresión de Gran Formato flexible ha ganado enteros en los últimos años por su gran visibilidad, fácil integración y alto impacto. En publicidad, el uso de lonas, vinilos, cartelería y otros soportes de grandes dimensiones es una práctica muy extendida, pero no todos conocen los beneficios que inducen a las empresas a adoptarla.
Una de las razones más evidentes es la mejora de la visibilidad en la distancia. Los formatos convencionales tienen una limitada capacidad de atracción a partir de una determinada distancia, mientras que los grandes soportes permanecen a la vista a más de 50 metros. Debido a sus dimensiones, resulta difícil que los conductores, viandantes, etcétera, transiten por un lugar sin reparar en el mensaje publicitario.
Esta mayor visibilidad se traduce en dos claros beneficios: en primer lugar, la captación del interés del público se incrementa, de forma que todos los elementos de la marca (logotipo, colores y otros elementos de branding) permanecen más tiempo en su mente que los formatos de pequeño tamaño; en segundo lugar, la recordabilidad del anuncio impacta positivamente en las ventas del producto y/o servicio publicitado.
Por otra parte, la publicidad de gran formato demuestra ser más efectiva y rentable que cualquier iniciativa online, en general. Su orientación estratégica no importa (una tienda digital, por ejemplo, deseará aumentar las ventas de su comercio electrónico, no de su sucursal física), pues este tipo de publicidad repercute en la demanda en línea.
De hecho, la publicidad en gran formato es compatible con los esfuerzos online. Por esta razón, numerosos anunciantes implementan códigos QR y otros recursos que pueden utilizarse en entornos digitales, en prueba de la excelente integración de los anuncios impresos.
Así pues, no sorprende que la impresión de publicidad en formatos grandes reciba una demanda constante, a pesar del crecimiento del ecommerce y otras tendencias vinculadas a la esfera digital, ya que unos y otros se retroalimentan.