Beneficios del consumo de pescado congelado

¿Pescado fresco o congelado? Tradicionalmente, el consumidor prefería el primero por encima del segundo con base a creencias erróneas, como la conservación más eficaz de las cualidades organolépticas. En la actualidad, este y otros mitos han caído, y existe una demanda constante de distribuidor de bacalao congelado, además de merluza, lubina, sepia y otros pescados blancos y azules.

Esta preferencia cada vez mayor se explica por la seguridad alimentaria del pescado congelado frente al fresco. Bacterias y parásitos como el anisakis o el Vibrio vulnificus perecen a bajas temperaturas. La actividad microbiana, en general, se inhibe durante la congelación, lo que suprime el riesgo de contraer enfermedades digestivas. No obstante, este proceso no exime de la obligación de cocinar el pescado, pues la infección por salmonela continúa siendo una amenaza incluso después de la congelación.

El respeto de la cadena de frío, así como la conservación a temperaturas de cuarenta grados bajo cero, es vital para lograr que el pescado mantenga intactos sus propiedades, minerales, proteínas y nutrientes. Dadas estas condiciones, el pescado congelado es igual de sabroso que el fresco.

Este tratamiento amplía el periodo de tiempo en que el producto puede consumirse. En algunos casos, el pescado puede conservarse durante hasta seis meses en condiciones óptimas. Con ello, los particulares y profesionales limitan el riesgo de quedarse sin reservas en caso de necesidad, suprimiendo la necesidad de comprarlo con frecuencia.

La diversidad de pescados disponibles también aumenta el atractivo de este tipo de productos. En cualquier época del año, es posible conseguir rape, mero, merluza, bacalao, lenguado y otras especies de gran valor nutricional.

Desde una perspectiva comercial, el uso del pescado congelado permite amortiguar las variaciones en el precio de venta. Como les sucede a otros bienes de consumo, el pescado experimenta picos de demanda en épocas concretas del calendario, lo que afecta a sus reservas y repercute en la etiqueta del precio.

Por qué comprar repostería congelada es una decisión acertada

La variedad, calidad y ahorro económico son beneficios inseparables de la reposteria congelada para hosteleria. Su demanda en hoteles, paradores y otros establecimientos ha experimentado un repunte en los últimos años, y las proyecciones de futuro de los bizcochos, panes y demás productos congelados son halagüeñas en este mercado.

 

Una de las ventajas de la repostería y bollería congelada es la diversidad. La lista de proveedores de alimentos congelados se incrementa día a día, con una oferta de productos variada y de calidad: palmeras, napolitanas, croissants, ensaimadas y un largo etcétera de delicias reposteras, elaboradas con ingredientes de primer nivel.

 

Desde la óptica de los operadores de restauración y hotelería, disponer de repostería congelada permite aumentar la oferta de productos disponibles, pues debido a las limitaciones de los alimentos de temporada y otros factores, resulta difícil mantener un catálogo amplio durante todo el año. Gracias a la congelación de la repostería, es posible mantener un stock de productos durante los doce meses.

 

Diversos estudios asocian el empleo de alimentos congelados con la productividad de los profesionales implicados, y la repostería de esta clase se beneficia también de esta ventaja. La causa probable es el impacto de estos alimentos en el almacenamiento, más fácil de organizar y de gestionar.

 

Por otra parte, la repostería ultracongelada y congelada supone un ahorro económico más que significativo. La logística alimentaria supone un desafío constante para las empresas dedicadas a la restauración, debido a la caducidad del producto, la inconsistencia de sus precios y otros problemas. Los productos reposteros sometidos a congelación pueden adquirirse y acumularse en una estación del año y consumirse en otra, lo que da mucho juego a la hora de ‘cazar’ las mejores ofertas y promociones.

 

Con la repostería congelada se reduce, como consecuencia de los beneficios anteriores, el desperdicio de recursos alimentarios, un mal endémico en el sector hostelero que los operadores pueden hoy subsanar.

Intercambio cultural 

Desde hace años comparto piso. Al principio fue más por necesidad, porque no me llegaba para pagar el alquiler de una casa en el centro, pero desde hace tiempo me he acostumbrado a vivir con alguien. Me da un poco de reparo vivir sola y como no tengo pareja ni está entre mis proyectos tenerla, me gusta estar así. Como ya llevo mucho tiempo en este piso de alquiler y tengo mucha confianza con la casera, me suele preguntar para elegir entre los candidatos a ocupar la otra habitación. Y yo lo prefiero porque así sé un poco lo que me voy a encontrar.

Como mi última compañera de piso cambió de trabajo y se fue a otra ciudad tuvimos que buscar a una nueva inquilina que finalmente fue una chica francesa que apenas sabe hablar español. Entre lo que ella sabe de inglés y lo que yo chapurreo nos vamos entendiendo. Pero lo mejor es que le encanta cocinar como a mí, ya que los últimos compañeros que he tenido siempre se acababan ‘aprovechando’ de mi afición por la cocina: al final, como yo paso más tiempo en casa porque trabajo desde casa, yo hacía de cocinera.

Bueno, pues en este caso vamos a compartir los fogones porque la chica sabe un montón sobre cocina. Hace poco fui a Comprar queso para fondue para hacer este plato. Yo lo intenté un par de veces, pero no me salió nada bien. Tal vez fue el tipo de queso usado ya que tiene que ser uno específico para fondue. Y eso que yo me considero bastante hábil en la cocina, pero este plato se me atravesó… hasta que llegó mi nueva compañera.

Así que las dos nos metemos en la cocina y nos reímos un montón porque a veces no nos entendemos por el idioma y los platos no siempre salen perfectos. Pero cuando ella fue a comprar queso para fondue, decidí estar en la cocina solo de oyente. Ella lo hizo todo y yo solo miré. Y claro el resultado fue diferente al mío: una fondue como las que hacen en París.

NOS OCUPAN NUESTRO SOLAR

Este mes no va a poder ser pero dentro de poco ya vamos a hacer una fiesta como es debido en nuestro sitio habitual de las fiestas, que últimamente lo tenemos ocupado por unos obreros que están trabajando en la rehabilitación de la calle. Cuando nos enteramos de que nos iban a usar el solar donde hacemos las fiestas en su almacén, no nos pareció demasiado bien porque ahora tenemos que esperar a que terminen para poder disfrutar del solar. Allí hacemos nuestros churrascos, y nos salen bastante bien de precio, ya que enfrente los padres de uno de mis amigos tienen un bar y nos consigue bastante buena carne ya que tiene un buen distribuidor de cerdo congelado para hosteleria. No hace mucho celebramos allí el cumpleaños de una amiga, pero aunque la zona en la que solemos comer estaba libre, el resto del solar se había convertido en un barrizal ya que de tanto entrar y salir el volquete ha destruido un poco el terreno.

En nuestra pandilla nos sentimos muy privilegiados por poder disfrutar de este solar cuando queramos, porque no mucha gente puede hacer fiestas y churrascos en un lugar acondicionado para ello en el centro de la ciudad. Hoy en día con todo esto de tener que guardar la distancia de seguridad y todo eso, no me apetece tener que ir a un restaurante a cenar donde no corre el aire. En nuestro galpón no tenemos ese problema ya que el aire no deja de correr en todo momento, por lo que allí me veo mucho más protegido que en otros supuestos locales donde tienen medidores de CO2. Aunque me parece que lo de los medidores de CO2 es una cosa inventada por algún amiguete de algún político de turno para hacer dinero a costa de las necesidades del resto. Porque hasta bien avanzada la pandemia no se le había pasado a nadie por la cabeza algo parecido.

Sea como sea espero que los obreros terminen rápido las obras que tienen que hacer y que se vayan lo antes posible y nos dejen disfrutar del solar a nuestro gusto.

TODAVÍA NO CONSIDERO EL MOMENTO DE VIAJAR

La gente este verano se ha vuelto realmente loca con los viajes, a mi personalmente no me parecía el mejor momento para comenzar a viajar otra vez como si no hubiese pasado nada. Es más, mucha gente ha preferido irse de vacaciones antes de esperar a su turno de vacunación, y se han ido de vacaciones sin estar vacunados completamente y eso lo veo como una temeridad por parte de los viajeros. A mi personalmente nunca  me ha gustado viajar demasiado y no voy a empezar ahora a hacerlo, más que nada porque en donde vivo tengo todo lo que pueda desear relativamente cerca. Para lo único para lo que me tengo que desplazar más lejos es para ir a esquiar, pero en un par de horas consigo estar en la estación de esquí más cercana a mi casa. Por mi parte mientras dure todo esto de la pandemia no tengo la más mínima intención de moverme de mi ciudad por nada del mundo ya que aquí me veo bastante seguro.

 

Unos conocidos se han ido a visitar a unos familiares que hacía mucho tiempo que no veían, ya que viven en Suiza y no tienen demasiadas opciones a verse. Y para sorpresa de todos nos enteramos que antes de volverse fueron a Comprar quesos de oveja suizos para que los podamos probar en alguna cena que hagamos. 

Pero tengo que decir que por culpa de los viajes había pensado que los contagios se iba a multiplicar cuando terminase el verano, pero al parecer estaba equivocado ya que cada vez vamos a mejor y tenemos los mejores datos de infectados desde el comienzo de la pandemia.

 

Casi todo el mundo que me rodea se ha ido de vacaciones este verano, pero teniendo el mar al lado de casa no veo necesidad de pasar mis vacaciones en otro sitio en el que iba a hacer las mismas cosas. Para viajar prefiero hacerlo en invierno y así puedo ir a ver a los amigos que tengo viviendo por España adelante, que siempre me reclaman que vaya a verlos.

Sustituir el yogur en tus recetas de bizcocho

Si te gusta el bizcocho, pero a la hora de hacerlo descubres que no tienes en tu nevera yogures naturales o de un sabor compatible para tu dulce, puedes sustituirlo fácilmente. Te damos algunas alternativas que seguramente, te van a gustar y que podrás utilizar incluso cuando dispongas de este postre en tu frigorífico.

La sustitución más evidente es la de cambiar el yogur por un vasito de leche. Este le dará el sabor que buscamos y ese toque de cremosidad. Es preferible que sea leche entera y una cantidad similar a la que contiene el vaso de yogur.

Si tienes en tu nevera nata, tanto de cocinar como de montar, también puedes usarla para el bizcocho, que tendrá un sabor más dulce y muy característico. De hecho, hay bizcochos de nata, aunque llevan algo más de cantidad de la que usaremos en esta sustitución. Nuevamente, usamos la misma cantidad de nata que de yogur.

La cuajada también sirve para sustituir el yogur. En el caso de usar cuajada es importante añadir la ralladura de limón. Como veis, prácticamente cualquier lácteo sirve para añadir al bizcocho en lugar del yogur y que este siga siendo igual de rico.

Otra alternativa es la mantequilla. Pero, como es importante que el bizcocho tenga líquido, en este caso habría que aumentar un poco la cantidad de aceite, solo un chorrito más, para evitar que salga muy seco. La mantequilla le dará un gusto muy agradable. También valen las margarinas vegetales, que además son perfectas para quienes quieren hacer la versión vegana de este bizcocho.

Precisamente para los veganos, tenemos la opción de sustituir el yogur por un postre de soja o de avena o por un vaso de bebida vegetal. La de avena le dará un toque más dulce y seguramente encaje mejor con el bizcocho, aunque la de almendra también puede hacer que resulte muy especial.

Por último, tenemos la opción de añadir un poco más de aceite en la receta y un huevo a mayores y no añadir lácteo alguno ni sustituirlo con otros ingredientes. Estos bizcochos son también muy ricos y tienen un sabor al huevo y al aceite más intenso. Una versión distinta de un clásico de siempre que sigue siendo ideal para desayunos y para todo tipo de meriendas.

Ya ves que no tener yogur en la nevera no es impedimento para hacer tu bizcocho. Escoge la opción que más te convenza y ¡adelante!

3 recetas de batidos deliciosos

Si te gustan las frutas, los yogures y los cereales, te gusta todo lo que necesitas para realizar batidos 100% naturales muy sabrosos y saludables. Te ofrecemos tres recetas que tienen tres intenciones muy diferentes para tu cuerpo y que te van a encantar.

La primera es la receta del batido detox a base de frutas ideal si quieres comenzar una dieta. Una buena combinación es un batido con manzana, que es la fruta limpiadora del organismo por excelencia. Elige entre las manzanas de temporada la variedad que menos azúcar tenga pelala y quita las semillas antes de añadir al batido. A continuación, añade un trozo de piña natural o, en su defecto, piña en lata en su jugo sin azúcar añadido. La piña contiene bromelaína, que ayuda a que el organismo depure todas las toxinas de la carne, pescado y de los huevos y posee también propiedades antiinflamatorias. 

Dado que será un batido en el que va a ser predominante el sabor de la piña, tan tropical, puedes añadir un trocito de papaya, muy beneficiosa para el sistema digestivo y de mango, una fruta con mucha vitamina A y fibra. El resultado será un batido delicioso que ayudará a limpiar tu organismo y estimulará la función del intestino.

Pero si lo que necesitas es un batido que te de mucha energía para realizar ejercicio en el gimnasio entonces necesitas un batido a base de avena, yogur y un poco de leche para darle la consistencia deseada. Escoge un yogur desnatado para evitar añadir calorías de más. Puedes añadir un poco de estevia para endulzar. Bate todo y tómalo un rato antes de ponerte a hacer ejercicio, verás cómo responde tu cuerpo. 

Si quieres que además sea un batido que estimule tu intestino, cambia la avena por salvado de avena y cuécelo en leche antes de dejarlo enfriar y añadir el yogur y un poco de leche más para que no quede muy espeso. Puedes añadir un poco de cacao desgrasado sin azúcar para variar algunos días. Toda una bomba de energía.

Y si lo que necesitas es luchar contra la retención de líquidos, entonces te recomendamos un batido diurético a base de frutas como la sandía, la fresa y el melón. Un batido muy refrescante y que no solo te ayudará a combatir la sed, especialmente en verano, sino que te ayudará a eliminar todos los líquidos de más de tu organismo.

Precocinados, la solución para platos rápidos en tu local

¿No tienes cocina en tu local de hostelería, pero te gustaría poder ofrecer platos rápidos para que tus clientes pudieran acudir a la hora de la comida? Si tienes un local de hostelería en una zona de oficinas sabrás que muchas de las personas que trabajan en este tipo de instalaciones quieren acudir a comer a un local en el que le ofrezcan un plato rápido, económico y que puedan consumir en la media hora que tienen de descanso. Y que les quede tiempo para un café y llegar de vuelta a su puesto sin problemas.

Los precocinados congelados son la solución perfecta para dar una respuesta a esta necesidad y poder atraer a clientes que quieran comer de manera ocasional y rápida. Con este tipo de platos todo se puede servir en un plazo de tiempo muy razonable, ya que solo hay que meterlos en el microondas, por lo que se garantiza una comida completa a muy buen precio y en pocos minutos. Justo lo que se necesita cuando solo se tiene un ratito para volver a trabajar.

También es una buena opción para lugares a los que acuden los jóvenes tras una noche de fiesta, ya que en muchas ocasiones llegan con hambre y agradecen el poder comer algo diferente a una hamburguesa o el típico desayuno que no les llega a nada tras haber estado quemando energías durante toda la madrugada. Si tienes un local que abre temprano, podrás ofrecerles este tipo de platos para que se recuperen y vuelvan a casa ya comidos y listos.

Los precocinados congelados son también ideales para ofrecer una alternativa de comida rápida a horas en las que normalmente no se ofrecen comidas. Por ejemplo, gente que sale más tarde de trabajar y necesita comer a las cinco de la tarde, cuando ya no hay nada abierto. Con este tipo de platos no debes tener una hora de cocina, puedes servir lo que te piden en el momento y podrán comer cuando quieran, consiguiendo atraer a un tipo de público que no tienen demasiadas soluciones fuera de horarios convencionales, tan solo bocadillos que no suplen la necesidad de una comida caliente, aunque sea algo rápido.

En este tipo de plato existen una gran variedad de opciones, por lo que puedes ofrecer a tus clientes diferentes cosas todos los días o dejar que elijan entre una carta con distintas alternativas.

Los nuevos expendedores 

Nunca había visto tantas máquinas expendedoras vendiendo tantas cosas curiosas. Es una de los cientos de particularidades que tiene Japón. Nosotros nos acostumbramos a comprar unas latas pequeñas de unos 25 centilitros de café con leche. Como era verano apetecía café frío y no teníamos que entrar en un local a pedirlo. Tan solo acercarte a una de los miles de máquinas que abundan por todas partes y comprarlo ahí. Recuerdo, por cierto, que también vendían tabaco en máquinas expendedoras por la calle… 

Como diría Homer Simpson en el capítulo que va a Japón con su familia “nos llevan años de ventaja”. Él lo dice cuando usa el retrete de un hotel, pero se puede extrapolar a otras cosas, claro. Cuando volvimos a España miré las máquinas expendedoras de otra manera. Y cuando un día encontré una que vendía centrallechera asturiana me hizo mucha gracia porque me acordé de aquel fantástico viaje.

Efectivamente, en España cada vez se encuentran máquinas de este tipo más complejas, con sistemas más seguros y más variedad de productos. Un aspecto interesante es el del dinero. ¿A quién no le ha tragado alguna vez el dinero la máquina sin habernos entregado la compra? A veces había hasta que rezar un Padre Nuestro y dos o tres Ave Marías para que cayera la bolsa de gusanitos o los caramelos. Pero ahora cuentan con sistemas que han reducido los fallos.

Pero lo mejor es que también ofrecen más cosas además de chucherías y bebida. Encontrar centrallechera asturiana en un expendedor es solo el principio. Y, además, con todo esto del virus muchos van a preferir comprar algo en una máquina por la calle que no tener que saltarse la distancia de seguridad para tomar el café en la barra, con decenas de asintomáticos y vectores de contagio alrededor.

De todas formas, no somos japoneses y nunca lo seremos. Y tampoco hace falta que lo seamos. A los españoles nos gusta el contacto social y supongo que cuando esto acabe la gente volverá a los bares. Pero mientras tanto bienvenido sean los cafés fríos tokiotas por la Gran Vía de Madrid.

En la variedad está el gusto 

Estaba buscando por la red una receta para un postre de tipo de americano con el que tenía dudas. Encontré la entrada de un blog antiguo que escribía una chica cuya cara me sonó. La entrada debía tener unos diez años y se notaba antigua por bastantes razones, también por el propio diseño del blog usando las plantillas de Blogger que ya pocos usan. El caso es que después me di cuenta de que la chica es una repostera que después empezó a salir por la televisión.

En el post hablaba sobre el postre que a mí me interesaba dando algunas recomendaciones sobre los ingredientes. Llamaba la atención que se quejara de que muchos de ellos eran difíciles de encontrar… en aquel momento. ¡Cómo ha cambiado el tiempo! En concreto, se refería a que no podía encontrar por ningún lado mantequilla sin lactosa. Y hablaba también sobre su intolerancia y la escasez de productos aptos para ella.

Yo no soy intolerante a la lactosa, pero tengo un hijo pequeño que sí lo es y desde hace tiempo vengo comprando esa clase de productos. Por eso, cuando hago un postre tengo que buscar ingredientes muy específicos para que mi hijo también lo pueda tomar. Pero yo no tengo tantos problemas como la chica del blog. Los tiempos han cambiado y 10 años después es mucho más fácil encontrar mantequilla sin lactosa en un supermercado. Y si no, también lo encuentras por internet sin ningún problema. 

De hecho, en algunos supermercados ya hay incluso secciones especiales para alérgicos e intolerantes. Muy conocida es esa cadena de supermercados que empezó a distribuir alimentos sin gluten lo que fue muy bien recibido por los intolerantes que lo tenían bastante difícil para completar la cesta de la compra.

Y en mi caso tampoco me puedo quejar. A buen seguro que la cocinera del blog ya puede ir al súper y comprar la mayoría de los ingredientes para sus curiosos postres. Bien es cierto que a veces se complica tanto que siempre hay algo que falta. Por cierto, mi postre americano salió estupendo.