LO PUEDO ARREGLAR TODO

Cuando el otro día me propusieron arreglar unas persianas de madera no sabía qué contestar, para empezar, no tenía ni idea de cómo iba a emprender esta tarea que nunca había llevado a cabo, pero eso era algo que tampoco me preocupaba en exceso.

Al final se me ocurrió que a lo mejor había alguna clase de video en internet que me ayudase a comprender el funcionamiento correcto de las persianas, ya que hay muchos modelos diferentes y de diferente funcionamiento, para así poder arreglarlas con más facilidad que si no supiese nada. Resultó ser de lo más sencillo, sólo hace falta ser un poco mañoso, al fin y al cabo, solamente tenía que aprender a colocar la correa con la que nos ayudamos para poder subir y bajar la persiana.

Para arreglar la persiana sólo me hizo falta comprar una correa que fuese lo más similar posible, en cualquier ferretería las podrás encontrar con facilidad, lo siguiente sería medir la longitud de cuerda que iba a tener que necesitar para suplir la antigua correa rota, una vez tomada la medida correspondiente procedí a la instalación de la misma, primero tuve que desmontar la parte en la que se enrolla la correa y después tuve que desmontar la caja en la que se encuentra la persiana, esa fue la parte más sencilla ya que solamente había que desatornillar unos pocos tornillos, lo siguiente que tuve que hacer fue comprobar cuál era el sentido correcto para enrollar la correa en la guía de la persiana, para no montarla mal y descubrir al final que no se abría ni se bajaba. Ahora que ya sabía cómo tenía que colocar la correa fue todo muy sencillo, tuve que hacer un nudo fuerte en el extremo de la correa donde se engancha a la parte que va dentro de la caja de la persiana, después de enrollar la correa de la forma correcta solo quedaba engancharla en la pieza que había desmontado anteriormente, una vez enganchada sólo quedaba comprobar que funcionase correctamente antes de volver a colocar la caja de la persiana y los embellecedores que tenía.

Esta experiencia me ha enseñado que se pueden arreglar un montón de cosas de casa con muy poco esfuerzo.

Pequeños gestos diarios para el cuidado de tu piel

Si quieres mantener tu piel sana y bonita debes de dedicar unos minutos al día para cuidarla y mantenerla de este modo. La genética ayuda mucho en el aspecto externo pero no es lo único que lo determina. Si alguien no se cuida, por muy buenos genes que tenga el envejecimiento prematuro acabará por aparecer. Por el contrario, alguien con una piel más delicada o propensa a las arrugas que la cuida y protege se mantendrá joven más tiempo.
Los productos de cuidado corporal deben de cumplir una serie de características:
-Ser adecuados al tipo de piel que se tiene. El primer paso es saber si la piel es seca, es grasa o es muy delicada. Esto es fácil de determinar y una vez que se sabe se pueden comprar los productos adecuados para cada persona.
La piel del rostro es muy peculiar y a menudo aparece lo que se conoce como piel mixta. Es decir, una piel seca en algunas zonas pero más grasa en la frente, nariz y mentón donde pueden aparecer incluso algunas espinillas.
Hay productos adecuados para tratar la piel mixta del rostro sin tener que echarse dos tipos de crema diferentes.
-Deben de ser naturales. Los productos naturales son los más adecuados para el cuidado de la piel. Las cremas que aprovechan las propiedades de las plantas y que no llevan parabenos son mucho más adecuados y además se evita la aparición de alergias.
La mayoría de los geles y champús tienen ya un pH adecuado, pero no está de más comprobarlo. Esto hay que verlo especialmente en el gel íntimo, ya que esta zona del cuerpo tiene un pH diferente que hay que respetar.
-Mejor si son ecológicos. Hablamos de productos naturales que no contaminan y cuyos envases son además reciclables o se degradan con rapidez y sin contaminar. De esta manera no solo cuidamos nuestra piel, también cuidamos el medio ambiente.
En muchos casos podemos reutilizar los botes de crema o de cosméticos para crear nuestros propios productos caseros para utilizar en temporadas en las que necesitamos tratar especialmente un problema, como las mascarillas para evitar el acné o para la caspa del pelo.
Evidentemente, no siempre se dispone de tiempo para hacer nuestros propios productos cosméticos, pero si podemos elegir aquellos que sean lo más parecido posible a los que haríamos en casa por su naturalidad.

Pregunta lo que necesitas saber sin duda alguna

Como consumidor tienes derecho a tener información detallada de todo lo que compras. Gran parte de esa información viene en la etiqueta del producto, pero pueden aparecer dudas que no se resuelvan leyendo lo que nos indican en ella.
Quizás queremos saber algo referente al proceso de fabricación, o nos gustaría conocer si la marca fabrica algo similar pero sin un componente que nos causa problemas, como el gluten o la lactosa. Para todas estas preguntas suele haber un teléfono de atención al cliente al que se puede llamar para realizar consultas de todo tipo.
Un ejemplo es el teléfono Central Lechera Asturiana en el que se pueden realizar todas las consultas que se desee y que además es gratuito. Y es que es importante que las marcas tengan una línea 900 para que los clientes puedan comunicar sin ningún tipo de gasto por su parte.
Este servicio debe de estar atendido por profesionales capaces de resolver las dudas de los clientes. Esto no quiere decir que tengan que saber de todo o tener al momento la contestación adecuada. Pero sí que tomen nota de lo que el cliente quiere saber y en caso de no disponer de la información, conseguirla en el plazo más corto posible y proporcionarla mediante el teléfono o correo electrónico.
Algunas cadenas de supermercados se han apuntado a este tipo de servicios y no solo ofrecen información sobre sus horarios o sus métodos, también sobre los productos que venden, especialmente si son de una marca propias. De este modo, si un consumidor quiere saber información relativa a uno de sus productos puede llamar y obtenerla.
Pero el consumidor no solo llama para obtener información, también puede llamar para realizar reclamaciones. Si no está contento con un producto porque no cumple las condiciones prometidas puede llamar y dar su queja para que esta sea tenida en cuenta. Siempre hay que tener en cuenta que si el cliente busca algo con su queja lo mejor es presentarla por escrito siguiendo los trámites oficiales.
Pero si se trata de una sugerencia o de indicar que quizás hay una incorrección en un etiquetado, por poner un ejemplo, este tipo de teléfonos son la mejor manera de resolver el problema en muy poco tiempo. Tomarán nota de las sugerencias y nos indicarán si lo que hemos visto es realmente incorrecto o si hemos mal interpretado algún dato.

Haz el camino sintiéndote más ligero

Uno de los problemas de los que se quejan las personas que hacen el Camino de Santiago es de que a menudo se ven obligados a abandonar por las lesiones. Incluso aquellas personas que se han preparado para hacer el camino y se consideran en buena forma pueden acabar con dolores de pies o de espalda debidos al peso de las mochilas.
Estos son algunos consejos que ofrecen los expertos para aliviar peso en la mochila:
-Ropa vieja que no te importe. Cuanto más se camina, más pesa la mochila. Si vas a hacer una ruta de pocos días lo mejor es llevar partes de arriba viejas que ya no quieras e ir tirándolas cada noche. Te ahorrarás tener que lavarlas pero además conseguirás que la mochila pese un poco menos cada día.
La ropa interior y los calcetines también pueden ser desechables. Aunque no es lo que más pesa, todo suma.
-Los objetos de aseo mejor en monodosis. Si no quieres tener que cargar con un montón de frascos lo mejor son los monodosis que pesan muy poco, abultan aún menos y te proporcionan lo que necesitas para cada día.
-Ropa de cama muy ligera. La mayoría de los viajeros optan por sacos de dormir, incluso en verano, porque es la mejor manera de protegerse en albergues que no siempre están en las mejores condiciones.
Pero siempre se debe de optar por aquella ropa más ligera y que ocupe muy poco espacio. Por eso, algunas personas prefieren confeccionarse sus propios sacos de dormir de verano en lugar de comprarlos, haciéndolos con una sábana fina.
-La mochila importa. Algunas mochilas son ya pesadas de por sí y a portan un exceso de peso que impide poder llevar muchas cosas. Elige mochilas especiales para este tipo de rutas, más ligeras y manejables.
– Recurre a un servicio de transporte mochilas Camino de Santiago. Se trata de empresas que recogen tu mochila por la mañana el albergue de partida y te la entregan por la noche en el de llegada. De este modo solo tienes que llevar encima lo que necesitas para el día.
Esto ahorra mucho esfuerzo y es quizás la solución más inteligente para evitar lesiones de espalda y dolores que pueden acabar echando por tierra un viaje largamente planificado. Porque se trata de caminar y no de cargarse en exceso y forzar el cuerpo más de lo necesario.